Apuntes de la memoria de San Francisco

7SANTO DOMINGO. Estos apuntes corregidos sobre las ruinas, son resúmenes de conversaciones que casi a diario sostenía con el ingeniero José Ramón Báez López -Penha en el año 1988, cuando laboré como aprendiz…

en el proyecto de liberación de la fachada norte de las ruinas de San Francisco, que por mucho tiempo se había mantenido oculta y atrapada entre construcciones de tabla y block en toda la extensión del frente que da hacia la calle Restauración

El ingeniero Báez nos describía in situ, con su peculiar lenguaje coloquial y una desenfrenada pasión que delataban su fuerte arraigo por la preservación del conjunto religioso, cada detalle del monumento, salpicados de vivencias personales y ancestrales que hacían amenas y entretenidas aquellas valiosas narraciones históricas que nunca queríamos que terminaran.

Estos encuentros peripatéticos entre los espacios desiertos de aquella ruinosa abadía resultaban ser una inagotable fuente de conocimiento y enseñanza que despertaban en mí cada vez con más entusiasmo el interés por el cuidado y el respeto de cada centímetro de argamasa que definían el antiguo monasterio.

Con don Moncito aprendí los secretos, no solo de las ruinas de San Francisco, sino de una ciudad desprotegida de corsarios, pero defendida por los gentiles hombres que siempre tuvieron presente el valor infinito del espacio más allá de la distancia y el tiempo.

Este texto que publicamos tres décadas después proviene de los informes ejecutivos que hiciéramos en aquella época para la Comisión de Monumentos, vía ingeniero Guillermo Selman, quien era el residente en la obra, y que en estos meses retomé de mis archivos para refrescar la memoria y la nostalgia, a propósito de la polémica existente con el anteproyecto de un centro de convención en el emplazamiento de las ruinas. Aquí van los apuntes, breves, pero precisos:

El primer monasterio de América

Lo que hoy conocemos como las Ruinas de San Francisco, son los restos del majestuoso conjunto monumental renacentista de la orden monástica de los frailes franciscanos, quienes se establecieron en el lugar a su llegada a la isla en 1502 junto al conquistador Nicolás de Ovando, y en un pausado proceso de más de medio siglo, se construyeron en piedra coralina recogidas de la cantera de Santa Bárbara cada una de las edificaciones de esta primacía americana.

El conjunto arquitectónico

El monasterio estuvo integrado por tres edificios unidos entre sí, aunque arquitectónicamente independientes y construidos en distintos momentos:

1.- La capilla de la Tercera Orden o capilla de Garay, (1512) quien fuera su constructor. Fue la primera en erigirse y está conformada por una nave abovedada con abside poligonal y tres capillas en el lateral norte.

2.- La iglesia (1544) cubierta por una gran bóveda nervada y capillas entre sus contrafuertes fue construida por Rodrigo de Liendo.

3.- El Convento (1566) en su interior contaba con las claustras de los novicios y de los frailes, que funcionaban también independiente una de otra con sus respectivos patios interiores y dormitorios.

Cada una de estas dependencias tienen desde el exterior accesos independientes: El de la iglesia se hace por la impresionante portada orientado al Sur que mira hacia la ciudad; mientras que el convento tiene su portal hacia el Este, decorado con el cordón franciscano tallado en piedra mirando la cuesta que se dirige al puerto. En tanto, la capilla de Garay, orientada Este-Oeste tiene su entrada por el portal gótico localizado al norte de la manzana.

Arqueología

A partir de la segunda mitad del pasado siglo XX empiezan los estudios arqueológicos en las ruinas.

En 1953 se hizo la primera intervención a cargo del ingeniero Emile Boyrie Moya y del arqueólogo norteamericano doctor john Goggin, quienes realizaron el primer hallazgo importante de cerámicas taínas de distintos tipos, y de diferentes clases y épocas.

Posteriormente le sucedieron cuatros intervenciones más, que se hicieron a partir de 1973, haciendo descubrimientos de distintos periodo de su historia, tales como: la base del antiguo claustro del monasterio; algunas trincheras del período francés, incluyendo una de fusilamiento; un cementerio de enterramientos a partir del siglo XVI al XX; y la localización de la noria del primer acueducto colonial. La mayoría de estos hallazgos fueron realizados por el doctor Fernando Luna Calderón, asistido por la licenciada Glenis Tavárez en 1992.

La noria

La noria o reservorio de agua del primer acueducto de la colonia fue construido en 1544 en un solar contiguo al monasterio de San Francisco, desde donde partía el alcantarillado hacia el centro de la Plaza Mayor (hoy conocida como parque Colón), pero además hacia la calle Las Damas y Las Atarazanas. Este reservorio fue una obra dirigida también por Liendo por órdenes de Ovando.

El entorno…San Antón

El entorno de las ruinas fue ocupado desde muy temprano en la colonia por generación espontánea, sin reglas ni planificación. Las casas se amontonaban según le permitía la topografía irregular del sitio. Esta zona se desarrolló al margen de trazado urbano civilizado en la parte más alta de la villa, casi al borde de la muralla norte. Sus pobladores eran indígenas y esclavos ladinos, cristianizados por los propios franciscanos y congregados al culto en la ermita de San Antón, de donde le proviene el nombre del barrio. Hoy todavía el sitio mantiene su espíritu campechano-citadino, conjuntamente con la armonía de la escala renacentista que le ha dado la razón de ser al monumento.

En una segunda entrega presentaremos los apuntes cronológicos de la historia del monasterio.

*El Autor es maestro arquitecto, docente y miembro del comite dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios – ICOMOS- gustavoubrí @hotmail.com

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