Dominicano llora aún la tragedia deL 11-S

AQUEL DÍA PERDIERON LA VIDA CASI TRES MIL PERSONAS Y EL MUNDO OBSERVÓ ATERRADO

Nueva York
El diácono dominicano Narciso Hernández todavía llora al narrar lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001, cuando desde un edificio vecino fue testigo de la tragedia que ese día cambió al mundo y de la que es un sobreviviente, gracias a que bajó del piso 40 en 15 minutos, por unas escaleras atestadas de gente desesperadas por salir, desde que se estrelló el primer avión…

Al hablar para LISTÍN DIARIO, al cumplirse hoy los 15 años de aquel 11-S, refiere que eran las 8:35 de la mañana cuando escuchó un fuerte estruendo que pareció un accidente, pero al asomarse junto a una compañera de trabajo, vieron estremecerse su edificio con los escombros y gente lanzándose al vacío al no soportar la altas temperaturas que impuso el fuego ante el impacto de la primera aeronave.

Poco después vio el segundo avión que se acercaba en vuelo rasante impactando con la segunda torre, “no había duda algo grande está pasando”. En medio del caos de la gente por salir y los anuncios de que no utilizaran el ascensor, ni salieran por el Norte, sino por el Este, llamado que no escucharon, el seguridad Francisco Espaillat y un mexicano que le acompañaba, fueron aplastados por los escombros.

De aquel suceso en el que perdieron la vida unas tres mil personas, entre ellos cerca de 100 dominicanos, le han quedado huellas y dolor para toda la vida. En la azotea de las torres laboraban en dos restaurantes muchos dominicanos, algunos de los cuales por la hora, estaban en camino, incluyendo su hija Wanda Hernández, cuyo retraso milagrosamente le salvó la vida, siendo avisada a poca distancia del lugar en la parada Chambers, cuando el subway (tren) fue detenido, ante la emergencia.

Narciso laboraba por 27 años y 4 meses en la empresa, en la que compartía y conversaba constantemente con Francisco, el seguridad cuyo cuerpo quedó bajo los escombros y quien estaba casado con una enfermera filipina, a la que se mantuvo llamando durante varios años, luego del 11/S y de quien ha perdido contacto, pero sabe que ambos habían procreado un hijo.

Escenas de terror
Refiere Narciso que algunas personas caían al tropezar, en medio de un solo grito de angustia, que lo ha marcado para siempre. “Realmente eran alaridos. Aquello fue espeluznante y cruel. Solo de los que trabajaban con mi hija mayor, que laboraba en la Torre 1, fallecieron 101 compañeros. De los sobrevivientes algunos no han podido trabajar, ni reponerse jamás”.

Rememora que, en ese momento, corrió despavorido calles, cuadras, en medio del pánico y la polvareda, hasta llegar al río Hudson, cubierto de polvo y llorando. Luego un taxista le ofreció a llevarlo a su casa por 50 dólares, junto a otros tres. Una hora y media después, ya en casa, vio por televisión cómo caían las dos torres.

Esa misma noche, su jefa Perky Fernández le habló por teléfono y a los 4 días lo reubicaron para trabajar en la 51 calle con 6ta avenida y a su hija la llevaron a otra oficina. “ Yo me mantuve yendo en los primeros años al aniversario de lo ocurrido en las Torres, pero me iba en llanto y no volví más”, indicó.

La recuperación
Narciso Hernández, quien fue ordenado diácono hace 36 años en la iglesia Reyna de los Mártires del Alto Manhattan por el entonces cardenal Terence Cooke, es padre de siete hijos, incluyendo uno especial, y reside en el primer piso del edificio Circle del populoso condado.

Reside allí con con su esposa María Hernández, con la que lleva 50 años de casado y en el mismo hogar atiende a su madre, aquejada por los achaques de la edad. Su hija Wanda Hernández está casada y con dos hijos que ha procreado, junto a su esposo dominicano.

Pide a Dios por los que sufrieron y han sufrido. Ora para que no se repita una tragedia como esa. “Muchos han quedado enfermos de los nervios, imposibilitados para trabajar, con traumas. Ven lo de ese día, todos los días”, añadió.

Refiere que todavía siente temor: “Esas escenas están vivas en mi mente. Fue algo inexplicable, extremadamente espeluznante, estremecedor y uno viviendo esa desesperación, que ni siquiera en la película, que las escenas son cortas”.

Narciso, muy conocido en el sector por su vocación religiosa y de servicio, durante la entrevista, compartió con Eric Febrillet, un diagramador de periódicos dominicano, residente en la vecindad y quien colaboró para la entrevista para LISTÍN DIARIO a propósito del aniversario del 11 del septiembre, que aún encuentra a Nueva York reclamando justicia y reponiéndose por lo ocurrido.

(+)
DEBATE SOBRE CANTIDAD DE VÍCTIMAS DE LA TRAGEDIA
Incluyendo a los empleados perdidos de la compañía Cantor Fitzgerald, los bomberos, los más de 165 clientes y camareros del restaurante Windows of the World y los pasajeros de los dos aviones, las cifras iniciales de víctimas dieron 2,445 personas.

Con las bajas que sufrieron otras 125 empresas del World Trade Center y las víctimas no vinculadas a una compañía en particular, el total de muertos en el desastre ascendió a 2,950 en las dos primeras semanas, según lo avaló un recuento del The New York Times, cifras que aumentaron luego a 4,764, lo que se convirtió en un debate, dado que el Ayuntamiento de Nueva York no ofreció cifras definitivas, mientras que el humo en el área se mantuvo por más de un mes.

Se tornó difícil incorporar a la lista de víctimas los nombres de peatones, visitantes, trabajadores indocumentados o mensajeros que murieron en las Torres Gemelas y sus alrededores. Y muchos de los cientos de empresas que funcionaban en el World Trade Center todavía no han publicado una relación oficial.

Los grupos organizados de visitantes que pudieran superar el centenar, no pudieron ser contabilizados. En el Estado de Nueva Jersey, situado justo al otro lado del río Hudson, las autoridades inicialmente dijeron haber perdido a 1,500 residentes o más, empero el gobierno oficialmente arrojó 525 nombres. Las imágenes crudas de la tragedia han sido sacadas por la televisión.

Inesperado. Los aviones, pilotados por terroristas suicidas, impactaron las denominadas Torres Gemelas, provocando una reacción mundial de repudio al acto. Esas torres eran consideradas símbolo y orgullo de los estadounidense.